Existen diversos factores que influyen en la tasa de alcoholemia que registramos en sangre después de tomar bebidas alcohólicas. El más conocido es el tiempo transcurrido desde la ingesta, que se representa en la curva de alcoholemia o de Widmark.

En la curva de alcoholemia podemos ver cómo varía la concentración de alcohol en la sangre a lo largo del tiempo. Fue el químico sueco Erik M. P. Widmark quien desarrolló la fórmula para determinar la concentración de alcohol en la sangre.

Se sabe que el alcohol aparece en sangre cinco minutos después de haberlo bebido y alcanza su máximo nivel entre los 30 y los 90 minutos tras su ingesta. La tasa de alcohol tardará más o menos tiempo en desaparecer dependiendo de distintos factores:

• La cantidad y rapidez con la que se bebe
• Las características del alcohol (fermentadas, destiladas, combinadas con gaseosas…)
• Tener el estómago lleno o vacío
• La edad, el sexo y el peso del consumidor
• La hora del día (la eliminación del alcohol es más lenta durante las horas de sueño)
• El estado anímico
• La combinación del alcohol con medicamentos o drogas
• Así, por ejemplo, una persona con un nivel de 1g/l, podrá necesitar entre 6 y 10 horas para que descienda hasta el nivel máximo permitido

Volumen de alcohol permitido

El volumen de alcohol en sangre se mide en gramos de alcohol por cada litro de sangre (g/l) o su equivalente en aire espirado. En el caso de los conductores, en general es de 0,5 g/l en sangre y 0,25 mg/l en aire espirado. En el caso de los jóvenes 0,3 g/l y 0,15 mg/l.

En cualquier caso, es difícil saber cómo va a influir al conductor y de qué forma se va a desarrollar la curva de Widmark. No obstante, lo que sí está claro es que afecta a la forma de conducir y aumenta el riesgo de sufrir un accidente en carretera, por eso la combinación de alcohol y conducción es tan peligrosa.

Desde Talleres Camino esperamos que este poste te haya resultado de utilidad y tengas claro la máxima de si bebes no conduzcas, por tu seguridad y la de todos.